Pendientes Triqueta, dorado y plateado
Pendiente largo con Triqueta. Todo en acero bizantino de alta calidad, antialérgico.
Medida triqueta 35*35 mm aproximadamente.
Largo total 50 mm aproximadamente.
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La triqueta se erige como uno de los símbolos más profundos y venerados dentro del vasto panteón de emblemas celtas. Este antiguo símbolo, caracterizado por tres arcos entrelazados que convergen en un punto central, encapsula una complejidad de significados que abarcan desde lo espiritual hasta lo cósmico.
Su presencia a lo largo de la historia, adornando monumentos, manuscritos y joyas, habla de su profunda resonancia con diversas culturas, especialmente la celta y la nórdica, y su adaptabilidad a lo largo del tiempo para representar conceptos trinos en naturaleza y espiritualidad.
En el contexto vikingo, la triqueta adopta significados que se entrelazan con la cosmología y las creencias de estas culturas nórdicas. Aunque principalmente asociada con los celtas, su uso en artefactos vikingos sugiere una veneración compartida por símbolos que representan la interconexión, la protección y los ciclos eternos de la naturaleza y la existencia.
Este símbolo en particular podría haber simbolizado conceptos tales como la vida, la muerte y el renacimiento, o las tres dimensiones de la existencia: física, espiritual y celestial.
La triqueta también ha encontrado un lugar significativo dentro de la práctica y la simbología de la brujería moderna y los movimientos neopaganos, donde se la considera un poderoso símbolo de la triple diosa —la doncella, la madre y la anciana—, así como un emblema de protección y la manifestación física de conceptos espirituales esenciales como el ciclo de la vida, la muerte y el renacimiento. Este símbolo encapsula la interconexión de todo lo existente, sirviendo como un recordatorio de la unidad intrínseca entre la humanidad y el universo.
Más allá de su riqueza simbólica, la triqueta celta sirve como un amuleto de protección y guía espiritual, ofreciendo armonía y equilibrio a quienes lo portan o lo incorporan en su práctica espiritual.
Su diseño, que sugiere un movimiento continuo y un ciclo sin fin, lo convierte en una herramienta poderosa para la meditación y la reflexión sobre los misterios de la vida y el cosmos. Además, su uso en joyería y adornos personales no solo es una expresión de fe y convicción espiritual sino también un enlace tangible con la ancestral sabiduría y la magia del mundo celta.